En vista de que los títulos de deuda emitidos por el gobierno argentino ya no cotizan a los altos precios que ostentaban hace unos meses, surge el interrogante sobre si valen la pena por encima de los emitidos por las empresas. Conocé la respuesta a continuación.
Invertir en bonos públicos y corporativos de la Argentina es una recomendación que gana cada vez más popularidad entre los analistas locales. Y es que desde que la Argentina se convirtió en una de las grandes promesas en los mercados internacionales y se iniciaron las emisiones de deuda, el potencial se ha hecho notar significativamente.
A esto se suma, el hecho de que los títulos locales ofrecen tasas de rendimiento muy atractivas en un contexto en el que prevalecen los intereses cercanos a cero, por lo que la apuesta a la renta fija argentina es más que un acierto para los ahorristas.
No obstantes, en períodos recientes se ha observado como dentro de la gama de papeles de deuda emergentes, los argentinos han mostrado un ajuste de precios a la baja, generando así el debate sobre si es conveniente seguir apostando por los mismo o vale la pena inclinarse más hacia las Obligaciones Negociables (ON) o bonos corporativos emitidos por las empresas del país.
Es por ese motivo, que vamos a explicarte lo que está sucediendo con los bonos públicos de la Argentina pero en primero lugar, hablemos en detalle sobre el indiscutible atractivo de todas las categorías de instrumentos de deuda locales.
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El atractivo de la deuda argentina
El 41% de los títulos públicos que circulan en el mundo, equivalentes a 25.000 millones de dólares, tienen un rendimiento negativo. Se trata de casi un 30% que no llega al 1% de rendimiento.
En este escenario, si bien Argentina atraviesa grandes problemas económicos como la inflación y el déficit fiscal, los inversores se ven seducidos por las altas tasas de los bonos argentinos, ante el reinado de los tipos negativos a escala internacional.
Esta postura se refuerza, si se tiene en cuenta la reciente emisión de bonos públicos a tasa fija, que con un vencimiento a 10% se hizo con tasas de entre 15,5 y 16%.
Los bonos corporativos por su parte, ofrecen rendimientos menores pero ante la baja en los precioso de los papeles públicos, han captado la atención de muchos. Sin embargo, se trata de alternativas que permiten diversificar la cartera y una, no tiene por qué sustituir a la otra, sino servir de complemento.
Para brindarte tranquilidad como ahorrista en este sentido, vamos a explicarte que sucede con los bonos públicos y por qué merecen un espacio entre tus inversiones.
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¿Qué pasa con los bonos públicos?
Es cierto que los bonos argentinos han crecido notablemente, pero como en el caso de cualquier activo financiero, su margen de crecimiento no es infinito y es precisamente por este motivo, que actualmente registran una baja de precios.
En su mejor momento, el título AA46 llegó a cotizar 16% por encima de su precio original, llegando a una yield mínima de 6,40%. Respondiendo al principio descrito anteriormente, queda claro que su margen de alza tiene límite y es por ello que a la fecha, el bono en cuestión ya devolvió la mitad de su preciado 16%, cotizando ahora cerca de 108 dólares.
Actualmente, el AA46 rinde 60 basis más que en septiembre del 2016 y al mismo tiempo su diferencial contra los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años subió 34 basis.
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La baja se fundamenta en que los papeles del Tesoro en cuestión pasaron de ofrecer una tasa de 1,54% en septiembre al 1,80% actual, lo que representa un salto de 26 basis. Este aspecto desencadenó presión en la parte larga de emergentes y Argentina no escapó de ello.
En ese mismo periodo el diferencial o spread de la Argentina subió 34 basis.
Por lo tanto, el castigo al AA46 que ya le costó casi la mitad de la ganancia total, correspondió a un movimiento global y no a una debilidad local, lo cual es una buena noticia para el país en especial, dada la escala de deuda soberana y provincial con la que se bombardeará al mundo en los próximos tres años, ya que el Gobierno no bajará gastos, no bajará déficit y por lo tanto, la brecha será cubierta con emisión de deuda externa a escala.
Teniendo en cuenta de que no hay de qué preocuparse a la hora de invertir en bonos públicos locales, los expertos recomiendan posicionarse en la parte larga de la curva, es decir, los títulos con vencimientos a más largo plazo.
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Sin embargo, hay que ser cauteloso ya que la parte larga de la curva soberana argentina en los próximos meses bien podría estar amenazada por tres frentes distintos. Primero, un mapa de tasas en los Estados Unidos que quizá le siga sumando presión a los bonos del Tesoro a 10 años y llevando consigo a todas las curvas de renta fija del mundo.
Segundo, un S&P -principal índice bursátil de Wall Street- que en cualquier momento podría presentar una corrección fuerte, infectando con aversión al riesgo global y cierre de carries a todas las curvas de renta fija emergente.
Tercero, una historia local que por el momento sólo se basa en una esperanza hacia un crecimiento agresivo durante varios años y mucha palanca en el medio.
Como te contamos anteriormente, además de los bonos que emite el gobierno nacional y las provincias, tenés la posibilidad de apostar por aquellos que emiten las empresas. En este Informe Especial vas a encontrar todo lo que necesitás saber al respecto.