El empresario chino Guo Guangchang, es el accionista mayoritario del consorcio privado mas grande de su país, Fosun, fundado por éste y un grupo de amigos en 1992. Su portfolio está compuesto por negocios que abarcan las áreas de acero, minería, turismo y farmacéutica. Aunque no es el hombre más rico de China, el llamado “Buffett Chino” a sus 47 años acumula ya una fortuna que supera los 8.000 millones de dólares.
La publicación Financial Times, publicó que Guangchang, quien intentó comprar la Revista Forbes, posee un amplio patrimonio inmobiliario en Shanghai, que incluye gran parte de las acciones del hospital de la misma ciudad. Además, recientemente adquirió 12 firmas extranjeras, entre las que se destaca la aseguradora más grande de Portugal, Caixa Seguros.
Según una nota de El Cronista, el exitoso inversor se describe a sí mismo como “un resultado de la mezcla de budismo, taoísmo, confusionismo y Warren Buffett”, también practica Tai-Chi, disciplina marcial que compara con el arte de invertir.
Según sus palabras: “el propósito del tai chi no es golpear primero al oponente para dominarlo sino esperar y golpear en el momento preciso”, es decir, ser el primero en actuar tras sentir el cambio en el momentum. Invertir es como el tai chi. Nadie tiene una ventaja permanente de velocidad en el mercado debido a los límites de la inteligencia y visión de las personas. Tu ventaja proviene de tu habilidad para sentir el cambio antes y para tomar decisiones antes”.
Guo, ha reconocido en numerosas oportunidades las similitudes existente entre la visión de su firma y Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, lo que justifica su inversión en la aseguradora Caixa de Portugal en alusión a la operación realizada por el Oráculo de Omaha en su momento con Geico.
El nombre de la empresa de este célebre hombre de negocios refleja el reconocimiento que hace a su formación universitaria, Fosun significa “estrella de la Universidad de Fudan”, prestigiosa institución académica de Shanghai en la que se educó.
Entre los datos que despiertan la admiración del mundo hacia Guangchang, el artículo cita su travesía, al pasar de una pobreza campesina a manejar varios cientos de compañías en sólo algunas décadas. De hecho, él mismo considera, que su primer contacto con los negocios se dio en la época en que les vendía pan a sus compañeros de clases después de estudiar todos los días.
Con respecto a las consultas sobre sus apreciaciones acerca de la posibilidad de que China caiga bajo el peso de sus propio poder adquisitivo, el empresario explica al Financial Times que “Espero que puedan entender que fuimos pobres mucho tiempo. Espero que puedas comprender nuestros deseos de tener una buena vida y dinero. No hay que adelantar las críticas. Esa es mi opinión”.
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