El próximo domingo, Argentina y Alemania se enfrentarán en la final del Mundial de Brasil 2014 en Río de Janeiro. Ambos países desean alzar la Copa del Mundo y darán lo mejor de ellos para conseguirlo.
Por suerte para los argentinos, el fútbol es un deporte donde es necesario anotar goles en el campo de juego, ya que si éstos dependieran de la variable económica, Alemania destrozaría a la Argentina.
No es que esto siempre fue así, porque el país germano pasó por periodos de recesión, depresión e hiperinflación, pero siempre supo levantarse y dejarlo en el pasado. Por otro lado, la Argentina también experimentó períodos de bonanza y fortaleza económica pero, a diferencia de Alemania, no supo sacar partido de esa realidad momentánea.
El sitio de Forbes México, no sólo da por sentado que si se habla en términos económicos, el país liderado por Merkel resultaría ganador sino que también se pronunció durísimo al respecto: “se podría predecir quién sería el ganador del encuentro este domingo: sin duda, Alemania aplastaría a Argentina, incluso con una mayor diferencia de lo que hizo con Brasil”.
Y refuerza: “si usamos una razón matemática de cuánto representa el Producto Interno Bruto (PIB) alemán respecto al argentino, la selección teutona se impondría 9-0 frente a su rival. Y es que la economía argentina, a pesar de haber sido una potencia económica en los años cuarenta y cincuenta, actualmente no tiene los fundamentales económicos con los que cuenta Alemania”.
En esta dirección, según el INDEC, en el primer trimestre del año el PBI de la Argentina se contrajo 0,8% frente a los últimos tres meses de 2013, en los que la actividad económica también había retrocedido 0,5% y la caída de dos trimestres consecutivos muestra una economía en recesión.
En contraposición, si bien durante 2013 Alemania mostró una desaceleración en su crecimiento económico, con PBI que avanzó un 0,49%, el Bundesbank, la autoridad monetaria alemana, elevó su pronóstico de crecimiento un 0,2%, esperando para 2014 un aumento del 1,9%.
Otro punto donde ambos países contrastan es en el liderazgo que los caracteriza. Alemania cuenta con su canciller, Angela Merkel, quien se llevó el puesto número uno de la mujer más influyente en el mundo del ranking elaborado por Forbes en 2014. Actualmente, tiene la responsabilidad de sacar adelante a su país de la crisis de deuda que impera en Europa.
En el caso argentino, Cristina Fernández de Kirchner es quién lleva las riendas. Su mal manejo de la administración financiera y de los aspectos económicos han provocado que el ambiente para invertir en el país sea desfavorable, lo que desalienta a las empresas extranjeras a expandir sus operaciones en el país.
Por último, el desempeño alemán tiene un fuerte sustento en su mercado interno, en los avances tecnológicos y en la calidad de sus productos. En contraste, la Argentina cuenta con una precarizada industria nacional y depende de las importaciones.
En resumen, al igual que su seleccionado, la alemana es una economía que no muestra signos de debilidad. Sin embargo, -y por suerte- el Mundial no se define en términos económicos, sino que se hace en la cancha. ¡Vamos Argentina!
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